Zürcher Nachrichten - DOGE: Fracaso en recortar gasto

EUR -
AED 4.235403
AFN 79.363955
ALL 97.487163
AMD 442.360586
ANG 2.063732
AOA 1057.407949
ARS 1489.237275
AUD 1.777494
AWG 2.078493
AZN 1.962137
BAM 1.955141
BBD 2.329215
BDT 141.43236
BGN 1.952577
BHD 0.434715
BIF 3438.871478
BMD 1.153117
BND 1.487199
BOB 7.971384
BRL 6.439691
BSD 1.153611
BTN 100.83391
BWP 15.593883
BYN 3.775228
BYR 22601.085083
BZD 2.31724
CAD 1.590471
CDF 3332.506966
CHF 0.929993
CLF 0.028226
CLP 1107.30368
CNY 8.275806
CNH 8.290776
COP 4773.833478
CRC 583.208611
CUC 1.153117
CUP 30.55759
CVE 110.227871
CZK 24.559112
DJF 205.422587
DKK 7.461783
DOP 70.296321
DZD 150.269881
EGP 56.147783
ERN 17.296749
ETB 160.038481
FJD 2.605409
FKP 0.864513
GBP 0.86211
GEL 3.13682
GGP 0.864513
GHS 12.113025
GIP 0.864513
GMD 83.024321
GNF 10007.629044
GTQ 8.851019
GYD 241.350797
HKD 9.051907
HNL 30.34178
HRK 7.535269
HTG 151.37901
HUF 398.77481
IDR 18924.949407
ILS 3.881851
IMP 0.864513
INR 100.816412
IQD 1511.190973
IRR 48560.584773
ISK 142.202557
JEP 0.864513
JMD 184.589424
JOD 0.817536
JPY 171.011222
KES 149.04039
KGS 100.840022
KHR 4620.483712
KMF 491.802937
KPW 1037.708708
KRW 1595.763973
KWD 0.352279
KYD 0.961385
KZT 627.104205
LAK 24899.828712
LBP 103361.080364
LKR 348.522604
LRD 231.297105
LSL 20.615056
LTL 3.404853
LVL 0.697509
LYD 6.274941
MAD 10.488158
MDL 19.680542
MGA 5091.329197
MKD 61.540605
MMK 2420.279605
MNT 4140.247065
MOP 9.32776
MRU 46.039492
MUR 52.789849
MVR 17.759913
MWK 2000.343554
MXN 21.617471
MYR 4.889038
MZN 73.753269
NAD 20.615056
NGN 1768.350541
NIO 42.455699
NOK 11.780885
NPR 161.332657
NZD 1.939202
OMR 0.443371
PAB 1.153621
PEN 4.09752
PGK 4.774433
PHP 66.350301
PKR 327.442005
PLN 4.267406
PYG 8640.089685
QAR 4.194987
RON 5.073023
RSD 117.183152
RUB 94.20923
RWF 1668.052601
SAR 4.325588
SBD 9.506481
SCR 16.931234
SDG 692.445632
SEK 11.142629
SGD 1.486765
SHP 0.906169
SLE 26.522168
SLL 24180.282798
SOS 659.27793
SRD 42.302605
STD 23867.185194
STN 24.491963
SVC 10.0936
SYP 14992.763444
SZL 20.604238
THB 37.464179
TJS 11.028281
TMT 4.047439
TND 3.402854
TOP 2.700712
TRY 46.79501
TTD 7.828431
TWD 34.271201
TZS 2963.510065
UAH 48.160995
UGX 4135.696601
USD 1.153117
UYU 46.16445
UZS 14420.14274
VES 141.472703
VND 30214.537341
VUV 137.769629
WST 3.179275
XAF 655.741808
XAG 0.030413
XAU 0.000346
XCD 3.116356
XCG 2.079
XDR 0.799582
XOF 655.736123
XPF 119.331742
YER 277.497077
ZAR 20.599619
ZMK 10379.429112
ZMW 26.503303
ZWL 371.30307

DOGE: Fracaso en recortar gasto




El Departamento de Gasto Eficiente del Gobierno (DOGE), una iniciativa lanzada en 2024 bajo la administración de Donald Trump, prometía revolucionar la gestión fiscal de Estados Unidos recortando gastos innecesarios y optimizando el presupuesto federal. Sin embargo, a más de un año de su creación, DOGE ha sido catalogado como un rotundo fracaso, incapaz de cumplir sus ambiciosos objetivos y generando más críticas que resultados concretos. Este artículo analiza las razones detrás de su ineficacia y el impacto de su desempeño en la economía estadounidense.

DOGE, liderado inicialmente por figuras como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, se presentó con la misión de identificar y eliminar gastos federales superfluos, reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. La propuesta resonó entre quienes abogaban por un gobierno más austero, especialmente tras años de déficits fiscales crecientes. Se estimaba que el gobierno federal gastaría 6.8 billones de dólares en 2024, con un déficit proyectado de 1.9 billones. DOGE prometía ahorros significativos, con metas iniciales de recortar al menos 2 billones en una década.

Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Hasta abril de 2025, los recortes verificables atribuidos a DOGE apenas alcanzan los 100 mil millones de dólares, una fracción de lo prometido, y muchos de estos ahorros provienen de ajustes ya planificados antes de su creación. Programas sociales, infraestructura y defensa, que representan la mayor parte del presupuesto, han resultado intocables debido a presiones políticas y necesidades prácticas. Por ejemplo, intentos de reducir fondos para Medicare o el Departamento de Defensa enfrentaron fuerte oposición en el Congreso, limitando el margen de acción de DOGE.

La estructura de DOGE también ha sido un obstáculo. Diseñado como un organismo consultivo sin autoridad ejecutiva directa, depende de la aprobación de otras agencias y del Congreso para implementar cambios. Esta falta de poder real ha frustrado sus esfuerzos, dejando muchas recomendaciones en el limbo. Además, la rotación de personal clave, incluidas las salidas de algunos asesores prominentes, ha mermado su capacidad operativa. La complejidad del presupuesto federal, con miles de partidas entrelazadas, ha demostrado ser un desafío mayor de lo anticipado.

Otro factor crítico es la percepción pública. DOGE fue promocionado como una solución audaz, pero su incapacidad para generar ahorros visibles ha alimentado el escepticismo. Encuestas recientes muestran que solo el 22% de los estadounidenses cree que DOGE ha tenido un impacto positivo, mientras que el 60% lo considera ineficaz. La retórica inicial, que prometía recortes drásticos sin afectar servicios esenciales, resultó insostenible, erosionando la confianza. Las críticas también señalan que DOGE ha desviado atención de reformas fiscales más amplias, como la simplificación del código tributario o el aumento de ingresos.

El contexto económico no ha ayudado. Con una inflación que, aunque moderada en 2025 (alrededor del 2.5%), sigue presionando los costos, y un crecimiento del PIB proyectado en un modesto 1.8%, los márgenes para recortes agresivos son limitados. La deuda nacional, que supera los 34 billones de dólares, exige soluciones integrales más allá de la reducción de gastos. DOGE, sin una estrategia clara para abordar el lado de los ingresos, como impuestos o crecimiento económico, ha quedado atrapado en un enfoque unilateral.

El impacto de DOGE en la política fiscal ha sido mínimo, pero sus consecuencias políticas son notables. La percepción de fracaso ha debilitado la narrativa de eficiencia gubernamental promovida por sus defensores, afectando la credibilidad de iniciativas similares. Algunos analistas argumentan que DOGE podría haber funcionado mejor como una comisión temporal con metas específicas, en lugar de una entidad permanente con expectativas infladas.

Mirando hacia adelante, el futuro de DOGE es incierto. Sin ajustes significativos en su mandato o estructura, es improbable que cumpla sus promesas originales. La experiencia subraya una lección clave: recortar el gasto federal requiere no solo voluntad política, sino también un enfoque práctico y coordinado que DOGE no ha logrado implementar. Mientras el déficit sigue creciendo, Estados Unidos necesita soluciones más robustas para garantizar la sostenibilidad fiscal.