Zürcher Nachrichten - DOGE: Fracaso en recortar gasto

EUR -
AED 4.23952
AFN 80.226659
ALL 97.295308
AMD 443.039278
ANG 2.065721
AOA 1058.426518
ARS 1490.672609
AUD 1.772767
AWG 2.080496
AZN 1.958283
BAM 1.952101
BBD 2.332531
BDT 141.928463
BGN 1.952792
BHD 0.435143
BIF 3396.31606
BMD 1.154228
BND 1.487298
BOB 7.983496
BRL 6.434357
BSD 1.155236
BTN 100.22644
BWP 15.638453
BYN 3.780299
BYR 22622.869931
BZD 2.320684
CAD 1.589678
CDF 3335.718832
CHF 0.930073
CLF 0.028267
CLP 1108.913435
CNY 8.283778
CNH 8.288754
COP 4774.464361
CRC 583.806493
CUC 1.154228
CUP 30.587044
CVE 110.748157
CZK 24.591405
DJF 205.129641
DKK 7.463389
DOP 70.407534
DZD 150.50992
EGP 56.212291
ERN 17.313421
ETB 159.511975
FJD 2.602666
FKP 0.86189
GBP 0.864869
GEL 3.119951
GGP 0.86189
GHS 12.119832
GIP 0.86189
GMD 83.104769
GNF 9990.99836
GTQ 8.864665
GYD 241.698331
HKD 9.060621
HNL 30.414197
HRK 7.528334
HTG 151.505564
HUF 399.989079
IDR 18936.554072
ILS 3.886915
IMP 0.86189
INR 100.70224
IQD 1512.038756
IRR 48607.432985
ISK 142.215149
JEP 0.86189
JMD 185.079326
JOD 0.818365
JPY 170.971756
KES 149.470972
KGS 100.783039
KHR 4639.996905
KMF 492.269676
KPW 1038.756608
KRW 1596.551124
KWD 0.352524
KYD 0.96273
KZT 627.508229
LAK 24902.470267
LBP 103347.601656
LKR 349.026252
LRD 232.000212
LSL 20.649434
LTL 3.408135
LVL 0.698181
LYD 6.244721
MAD 10.491355
MDL 19.714756
MGA 5113.230603
MKD 61.527913
MMK 2422.734869
MNT 4144.282462
MOP 9.341427
MRU 45.961464
MUR 52.840607
MVR 17.77611
MWK 2004.314029
MXN 21.630707
MYR 4.888733
MZN 73.824915
NAD 20.649071
NGN 1767.042136
NIO 42.418119
NOK 11.776283
NPR 160.366265
NZD 1.936576
OMR 0.443798
PAB 1.155301
PEN 4.100398
PGK 4.792377
PHP 66.354289
PKR 326.703907
PLN 4.279572
PYG 8653.054669
QAR 4.202255
RON 5.075834
RSD 117.186471
RUB 93.608718
RWF 1662.088403
SAR 4.32941
SBD 9.515644
SCR 16.946648
SDG 693.117771
SEK 11.138982
SGD 1.486051
SHP 0.907042
SLE 26.547126
SLL 24203.589812
SOS 659.644734
SRD 42.370322
STD 23890.190417
STN 24.758192
SVC 10.108285
SYP 15006.689298
SZL 20.648463
THB 37.45696
TJS 11.004408
TMT 4.05134
TND 3.341535
TOP 2.703319
TRY 46.837916
TTD 7.841313
TWD 34.290938
TZS 2966.366121
UAH 48.296584
UGX 4141.332721
USD 1.154228
UYU 46.22482
UZS 14543.273212
VES 141.609066
VND 30260.974103
VUV 137.702861
WST 3.166508
XAF 654.767452
XAG 0.030311
XAU 0.000347
XCD 3.119359
XCG 2.082045
XDR 0.800353
XOF 645.213904
XPF 119.331742
YER 277.76456
ZAR 20.64944
ZMK 10389.433233
ZMW 26.543777
ZWL 371.660964

DOGE: Fracaso en recortar gasto




El Departamento de Gasto Eficiente del Gobierno (DOGE), una iniciativa lanzada en 2024 bajo la administración de Donald Trump, prometía revolucionar la gestión fiscal de Estados Unidos recortando gastos innecesarios y optimizando el presupuesto federal. Sin embargo, a más de un año de su creación, DOGE ha sido catalogado como un rotundo fracaso, incapaz de cumplir sus ambiciosos objetivos y generando más críticas que resultados concretos. Este artículo analiza las razones detrás de su ineficacia y el impacto de su desempeño en la economía estadounidense.

DOGE, liderado inicialmente por figuras como Elon Musk y Vivek Ramaswamy, se presentó con la misión de identificar y eliminar gastos federales superfluos, reducir la burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. La propuesta resonó entre quienes abogaban por un gobierno más austero, especialmente tras años de déficits fiscales crecientes. Se estimaba que el gobierno federal gastaría 6.8 billones de dólares en 2024, con un déficit proyectado de 1.9 billones. DOGE prometía ahorros significativos, con metas iniciales de recortar al menos 2 billones en una década.

Sin embargo, los resultados han sido decepcionantes. Hasta abril de 2025, los recortes verificables atribuidos a DOGE apenas alcanzan los 100 mil millones de dólares, una fracción de lo prometido, y muchos de estos ahorros provienen de ajustes ya planificados antes de su creación. Programas sociales, infraestructura y defensa, que representan la mayor parte del presupuesto, han resultado intocables debido a presiones políticas y necesidades prácticas. Por ejemplo, intentos de reducir fondos para Medicare o el Departamento de Defensa enfrentaron fuerte oposición en el Congreso, limitando el margen de acción de DOGE.

La estructura de DOGE también ha sido un obstáculo. Diseñado como un organismo consultivo sin autoridad ejecutiva directa, depende de la aprobación de otras agencias y del Congreso para implementar cambios. Esta falta de poder real ha frustrado sus esfuerzos, dejando muchas recomendaciones en el limbo. Además, la rotación de personal clave, incluidas las salidas de algunos asesores prominentes, ha mermado su capacidad operativa. La complejidad del presupuesto federal, con miles de partidas entrelazadas, ha demostrado ser un desafío mayor de lo anticipado.

Otro factor crítico es la percepción pública. DOGE fue promocionado como una solución audaz, pero su incapacidad para generar ahorros visibles ha alimentado el escepticismo. Encuestas recientes muestran que solo el 22% de los estadounidenses cree que DOGE ha tenido un impacto positivo, mientras que el 60% lo considera ineficaz. La retórica inicial, que prometía recortes drásticos sin afectar servicios esenciales, resultó insostenible, erosionando la confianza. Las críticas también señalan que DOGE ha desviado atención de reformas fiscales más amplias, como la simplificación del código tributario o el aumento de ingresos.

El contexto económico no ha ayudado. Con una inflación que, aunque moderada en 2025 (alrededor del 2.5%), sigue presionando los costos, y un crecimiento del PIB proyectado en un modesto 1.8%, los márgenes para recortes agresivos son limitados. La deuda nacional, que supera los 34 billones de dólares, exige soluciones integrales más allá de la reducción de gastos. DOGE, sin una estrategia clara para abordar el lado de los ingresos, como impuestos o crecimiento económico, ha quedado atrapado en un enfoque unilateral.

El impacto de DOGE en la política fiscal ha sido mínimo, pero sus consecuencias políticas son notables. La percepción de fracaso ha debilitado la narrativa de eficiencia gubernamental promovida por sus defensores, afectando la credibilidad de iniciativas similares. Algunos analistas argumentan que DOGE podría haber funcionado mejor como una comisión temporal con metas específicas, en lugar de una entidad permanente con expectativas infladas.

Mirando hacia adelante, el futuro de DOGE es incierto. Sin ajustes significativos en su mandato o estructura, es improbable que cumpla sus promesas originales. La experiencia subraya una lección clave: recortar el gasto federal requiere no solo voluntad política, sino también un enfoque práctico y coordinado que DOGE no ha logrado implementar. Mientras el déficit sigue creciendo, Estados Unidos necesita soluciones más robustas para garantizar la sostenibilidad fiscal.